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Museo Nacional del Grabado

INVESTIGACIÓN | Eva Farji analiza las xilografías de Víctor Rebuffo

Sobre las ilustraciones del libro Martín Fierro. Consejo a sus hijos.


Libro
Martín Fierro. Consejos a sus hijos, ilustrado por Víctor Rebuffo1

Por: Lic. Eva Farji

El año de publicación del libro ilustrado por Víctor Rebuffo que aquí comentamos es 1972, fecha que tiene una importancia a destacar: es el centenario de la publicación de la obra paradigmática de José Hernández, el Martín Fierro. Lo cual resulta en varios emprendimientos editoriales (libros y carpetas) que reúnen obras de distintos grabadores de reconocida trayectoria en ese momento (los considerados maestros). La literatura gauchesca llama a los artistas a abrevar en la tradición de la representación de la figura del gaucho y del campo, del paisaje inmenso de la Pampa, el espacio imaginario del desierto, el horizonte. Tradiciones que se modifican, apropian y repiensan según cada momento histórico.

La principal pregunta reside en que postura toman los grabadores a la hora de ilustrar una temática tradicional en un contexto en el que se asiste a una redefinición y actualización del grabado en tanto disciplina artística autónoma. El modelo por excelencia es el programa ilustrativo realizado por Adolfo Bellocq en 1929 por encargo de la Asociación Amigos del Arte. De hecho, es por demás significativo que el MNG conserve también una carpeta que reúne un conjunto de sus viñetas, reimpresas en la década del ‘60. Pero también existían otros modelos de los cuales es importante destacar la gran difusión que tuvo a nivel de cultura visual la edición popular del Martín Fierro de EUDEBA ilustrada por Castagnino, inaugurando el fenómeno del libro de arte al alcance del público masivo (Analizado por Silvia Dolinko en su libro Arte Plural).

En este caso, se trata de una edición de la Sociedad Argentina de Bibliófilos, lo cual implica una tirada reducida destinada a distribuirse entre sus socios. La elección de Rebuffo para la tarea no resulta extraña, ya que para ese entonces, este artista contaba con una larguísima trayectoria como ilustrador. Había sido director artístico en la editorial Peuser, y entre los diversos emprendimientos editoriales, cuyo recorrido se había iniciado en la monumental labor realizada para Los Santos Evangelios, había abordado la tarea de interpretar en imagen la obra literaria de Leónidas Barletta, Rómulo Gallegos y Estanislao del Campo, entre otros, y había gestado su propio proyecto de libro ContraLuz, finalmente editado por Albino y Asociados en 1979.

Las xilografías de Rebuffo de este libro presentan la imagen sintética característica de sus grabados en blanco y negro, que normalmente definen un primer y segundo plano de profundidad, dada por rebatimiento de planos o por relación de tamaños, evidenciando una gran maestría en la construcción compositiva del espacio, y otorgando una sensación de monumentalidad a los personajes situados en primer plano. Otro rasgo distintivo es la articulación equilibrada de planos, líneas y áreas de texturas. Lo llamativo en este caso, es el modo en que está colocado el color como planos que sobrepasan las líneas límites de los personajes, objetos o elementos del paisaje, de una manera similar a la serie de Antonio Berni de xilocollages de Juanito Laguna, del envío a la Bienal de Venecia realizadas diez años antes. El color se autonomiza de la línea negra y deja de tratarse como un valor medio al modo del camafeo.

Rebuffo venía experimentando con el color, la superposición de imágenes y las texturas desde la década del ’50, especialmente en su obra autónoma respecto del libro, que resultaba en imágenes alejadas de lo narrativo. Por lo que estas ilustraciones pueden tomarse como la unión de dos vertientes en su obra: la experimentación del color y la imagen ligada a la ilustración literaria.

1? incluido en el corpus de la investigación “Grabado y Literatura en los ’60 y ‘70 en la colección del Museo Nacional del Grabado. De la ilustración al objeto poético”, llevada a delante por la Lic. Eva Farji en el marco de la beca Investiga Cultura 2019.