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Museo Nacional del Grabado

PATRIMONIO | El grabado como documento arquitectónico. San Telmo por Rodolfo Castagna

Los barrios porteños según la mirada de artistas grabadores.

Varios grabadores, han realizado obra que, sin duda, funcionan como un documento arquitectónico. Edificios, casas, esquinas, monumentos forman parte de este conjunto. Uno de ellos es el argentino Rodolfo Castagna (ver bio debajo). 

Barrio Porteño, Barrio Sur. Litografía, 1947, alto del grabado; 26; centímetros; ancho del grabado; 34,5; centímetros; alto soporte; 28,5; centímetro; ancho soporte; 39,5; centímetro.

San Telmo, Humberto 1mo y Balcarce. Litografía, alto del grabado; 34; centímetros; ancho del grabado; 25; centímetros; alto soporte; 39,5; ancho soporte; 28,5; centímetro.

Biografía:

Rodolfo Castagna (1910 - 2009). Pintor, grabador e ilustrador. Se graduó en la Escuela Superior de Bellas Artes Ernesto de la Cárcova. Allí fue profesor, así como en las facultades de Arquitectura de La Plata y de Mar del Plata, que contribuyó a organizar en 1953 y en 1960. Pasó años en América del Norte y Europa, y sus viajes lo fueron volcando hacia su interior. Ganó valiosos premios; entre ellos, el del Salón Nacional en 1965.

Su obra abarcó desde murales en edificios públicos -colaboró con su maestro Alfredo Guido en el Palais de Glace- hasta pinturas expuestas en el Museo de Arte Moderno de Nueva York, una litografía en la Biblioteca del Congreso de Washington e imaginativas ilustraciones en huecograbado que enriquecieron durante años el suplemento literario del diario La Nación.

Hizo escenografías para teatro y cine, como en la película Murió el sargento Laprida (1937), y colaboró con Fernando Ayala en su primera película, Ayer fue primavera (1955).

Hay obras suyas que se hallan en instituciones de Berlín, Londres o Tokio, y en colecciones privadas en diversos países. Un retrato al óleo de San Martín, de 1941, fue muy difundido en todo el país, en diarios, revistas y pósteres en 1950.
A fines de los años 50, se publicó el libro Cosmos de Buenos Aires, para el cual concibió en doce aguafuertes su visión de la ciudad y convocó al poeta Fernando Guibert; se compuso a mano en la imprenta Colombo. Se hicieron sólo catorce ejemplares en dos años de trabajo. Un coleccionista norteamericano compró un ejemplar en 2000 dólares de aquella época. El presidente Arturo Frondizi obsequió otro al presidente de los EE.UU. Dwight Eisenhower, y se conserva en un museo en Abilene, Kansas.