Pasar al contenido principal
Museo Nacional del Grabado

PATRIMONIO | El grabado como documento arquitectónico

La mirada de Luis Augusto Chareun sobre el barrio de San Telmo.



Luis Augusto Chareun, Lluvia en San Telmo, aguafuerte, 41 cm x 41 cm, 1958.

El Museo Nacional del Grabado posee una amplia colección de grabados que muestran espacios urbanos o rurales. Estas imágenes son, qué duda cabe, interesantes documentos arquitectónicos. 
Es el caso de esta obra de Luis Augusto Chareun, sobre un día de lluvia en el barrio de San Telmo.

Antonio Bucich, cronista del Barrio de la Boca, escribe en ocasión de la exposición que Chareun realizara en la Galeria Muller en septiembre de 1947: "Luis Augusto Chareun, artista del grabado, no ignora las sutilezas de las tonalidades sugeridoras. Combina, mejor aún: armoniza los blancos y los negros y en todas las gradaciones posibles para una mano diestra en el dibujo. Mano movida, por un anhelo bien logrado, de escoger enunciaciones de un Buenso Aires que desaparece. Porque Chareun está en eso (...) su arte evalúa considerablemente el pasado. Ese pasado de la ciudad que ha dejado vestigios, señales, rastros: los muros de las viejas casas, las esquinas olvidadas por el progreso, los muros suburbanos donde quedan faroles de mortecina luz, los balcones de hierro herrumbroso, los puentes de extraña estructura aldeana, alguna iglesia de provinciano aspecto, la cohibida morada de antaño apoyada en el rascacielos que asciende a las nubes. Y luego el centro que contiene aún indicios de un ayer colonial. Y por último la Boca del Riachuelo, con todo su atractivo carácter de pueblo de labor y de ensueño, Chareun ha comprendido a este barrio sureño".

Luis Augusto Chareun 1901-1982

Nació en Buenos Aires  el 7 de septiembre de 1901. Cursó sus estudios artísticos en la Academia Nacional de Bellas Artes egresando con el título de Profesor Nacional de Dibujo en 1922. Más tarde siguió en el mismo instituto, el Curso Superior de Pintura durante tres años. Fue discípulo de Pío Collivadino, Carlos Ripamonte y Antonio Alice.

Se dedicó con preferencia a la monocopia. Ejerció la docencia artística en la Escuela Nº 9 del Cuarto Consejo Escolar, en el Instituto Libre de Segunda Enseñanza y en las Escuelas Nacionales de Comercio Nº 3 y Nº 14 de Buenos Aires. Figuró en la Exposición de la Comisión Argentina de Fomento Interamericano en Santiago de Chile en 1945.

Realizó exhibiciones individuales en el Salón Municipal en 1941, Galería Rose Marie en 1945, Ateneo Popular de La Boca en 1945 y 1947, Galería Müller en 1917, Ateneo Esteban Echeverría de San Fernando en 1947, Asociación Impulso en 1948, Casino de Mar del Plata en 1950, en el Salón Peuser en 1951 y en Galería Argentina en 1950, entre otras.

Participó en el Salón Nacional a partir de 1939. Obtuvo Primer Premio en el Salón de Otoño de La Plata en 1944. Premio Adquisición de Grabado en el Primer Salón de Otoño de La Pampa con su obra El viejo puente, en 1944. Premio Adquisición de Grabado en el Segundo Salón de Chivilcoy con Nocturno porteño en 1945. Premio Adquisición de Grabado en el Salón de Rosario con Rincón de San Ignacio en 1946. Primer Premio y Medalla de Oro de Grabado en el Salón de San Fernando en 1946. Segundo Premio y Adquisición en la Feria del Arte Argentino en 1949. Tercer Premio al Grabado en el Segundo Salón Nacional de Dibujo y Grabado. En 1952 Primer Premio por Mejor Monocopia en el Salón Nacional de Dibujo y Grabado. En 1953 Gran Premio de Honor Ministerio de Educación en el Salón Nacional de Dibujo y Grabado. Premio Pío Collivadino en el Salón de La Plata de 1948. Premio Adquisición de la Comisión Nacional de Cultura en 1949. Segundo Premio Grabado en el Salón de Mar del Plata de 1954. Primer Premio de Dibujo en el Salón del Ministerio de Obras Públicas de la Nación en 1965. Premio Adquisición en la Segunda Bienal Internacional de Grabado de Pescia en Italia en 1968.

En sus grabados refleja paisajes urbanos, desolados, con cielos oscuros y nublados, los árboles desprovistos de hojas y con ausencia de la figura humana, que otorgan soledad y misterio a las obras. La ribera boquense, sus puentes y sus diques, sus barcos amarrados, su caserío multicolor, han atraído a muchos artistas con el pintoresquismo de sus originales perfiles. Puede decirse que hay una pintura de La Boca cuya figura máxima fue sin duda Miguel Carlos Victorica y la más popular Benito Quinquela Martín. Luis Chareun está dentro de las figuras más o menos visibles de ese grupo de pintores cuyo nexo no es otro, desde luego, que su predilección de una buena parte de su obra por la temática boquense, Córdova Iturburu. Es uno de los grabadores argentinos que ha conquistado justo prestigio por la calidad que sabe dar a sus aguafuertes, generalmente vinculadas a La Boca del Riachuelo. Al mismo tiempo se dedica a otros procedimientos en los cuales utiliza el color siendo asó como, primeramente con la monocopia y después con el óleo, encontró senderos que resultaron favorables a su condición de paisajista. Su estilo personal, de fuerte dibujo y definido claroscuro, le permite darnos interpretaciones muy fieles y muy evocativas. Siguió la escuela impresionista y es en la monocopia donde según nuestro entender alcanza mayor significación su arte. El Riachuelo, inspirador de artistas de Carlos A Foglia.

Fuente: Diccionario de Artistas Plásticos de Argentina, de Adrián Merlino.