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Museo Nacional del Grabado

PATRIMONIO | El grabado como documento arquitectónico

La mirada de Horacio Butler sobre la arquitectura del Delta

El Museo Nacional del Grabado posee una amplia colección de grabados que muestran espacios urbanos o rurales. Estas imágenes son, qué duda cabe, interesantes documentos arquitectónicos . 

Es el caso de esta obra de Horacio Butler que forma parte de la obra Diez estampas del Tigre (1945) que reúne litografías originales  (42 x 49,5 cm.)

En su libro Las personas y las cosas, escribe: “Yo creo que lo más difícil en la vida es acertar con aquello que nos corresponde; la mujer, la profesión, los amigos, el estilo o el sitio donde se vive. Son pocos los que tienen esa suerte, y por lo general, pasamos por la vida como almas errantes sin hallar exactamente lo que nos concierne, o sin reconocerlo cuando está a nuestro lado. Quizás la paz interior, la única posible, sólo consista en eso. Sin embargo, a pesar de mi convencimiento de que el Delta del Paraná, por múltiples motivos, es el lugar que a mi me corresponde, invariablemente, no bien llego, siento una indefinible angustia que me oprime. Sensación que, afortunadamente, sólo dura unos minutos.” 

Pintor argentino, nació en Buenos Aires el 28 de agosto de 1897.  Desde 1915 cursó en la Escuela Nacional de Bellas Artes y al finalizar sus estudios, partió para Europa en marzo de 1922. Luego de vivir diez meses en la colonia de artistas alemanes de Worpswede, se radicó en París, donde frecuentó los talleres de André Lhote y Othon Friesz. Durante 1928, realiza un breve viaje a Buenos Aires donde expone en la Galería Amigos del Arte junto con Badi, Basaldúa, Berni y Spilimbergo. En 1929, comenzó a exponer en París, en los Salones de las Tullerías; de Otoño y de Surindependientes. Regresó a la Argentina en 1933, realizando su primera exposición personal en Amigos del Arte.  

Participó en todos los salones oficiales de la Capital y del interior del país. Concurrió a diversas exposiciones internacionales, entre ellas, la de Pittsburgo en 1934; la de París, donde obtuvo Medalla de Honor y la de Nueva York, ambas en 1937; y en la de Bruselas de 1961.

En 1940 realizó las ilustraciones para Green Mansions, edición de lujo, con que la editorial Alfred A. Knopf, de Nueva York, conmemoró el centenario de Hudson. En 1941, Realizó la escenografía de Estancia con música de Alberto Ginastera a pedido del American Ballet de Nueva York. Colaboró durante veinte años con la Editorial Sudamericana. Realizó decorados para el Teatro Colón, el Teatro Nacional de Comedias, el Teatro del Pueblo y la Compañía de Lola Membrives, en Argentina; para el Teatro Sodre de Montevideo (1951) y el Teatro Alla Scala de Milán (1952).

 El 15 de Noviembre de 1943, la Academia Nacional de Bellas Artes lo designó Académico de Número y es nombrado jurado permanente del Premio Palanza. En 1964 comenzó una serie de tapices con una técnica de su creación y al año siguiente, ganó el concurso para realizar el tapiz monumental de cien metros cuadrados que decora el testero de la Iglesia de San Francisco en Buenos Aires, siendo éste el más grande de América y el segundo en el mundo. Entre otros trabajos, merecen ser destacados el tapiz que se encuentra en el Museo del Vaticano (1973) y el Cristo Pantocrator (1977) de la Iglesia de Praga, que se encuentra en Acassuso.

Publicó tres libros: La Pintura y mi Tiempo (1965, Autobiográfico); Las personas y los años (1973) y la novela Francisco (1978). Entre otros premios, recibió el Gran Premio Cinzano (1957); el Gran Premio de Honor otorgado por el Fondo Nacional de las Artes (1973); el Premio Fundación Alejandro Shaw (1981) y el Premio Konex de Brillante (1982). Fallece en Buenos Aires el 17 de marzo de 1983

Fuente:  Academia Nacional de Bellas Artes |  http://www.anba.org.ar/academico/butler-horacio/