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Museo Nacional del Grabado

IMPRIMIR, EDITAR, INTERVENIR | Experiencias desde los territorios

Entrevistamos a Madeleine Wolff, de Poesía Guerrera

Con la idea de conocer y difundir experiencias de arte impreso, dentro y fuera de la Argentina, el Museo Nacional del Grabado presenta esta nueva sección que reúne entrevistas a artistas y gestores para que nos cuenten algunos de los proyectos que impulsan en sus países.

Dialogamos con  Madeleine Wolff (Buenos Aires, Argentina), sobre su trabajo con Poesía Guerrera, un proyecto que nace con el propósito de crear nuevas narrativas para la vida y habilitar nuevas formas  para miramos, mirar, sentir, hacer.

La poesía suele concebirse como una actividad individual e introspectiva, en este sentido, ¿qué posibilidades se abren a partir de entender la poesía como práctica colectiva y de sensibilidad comunitaria?  

La apuesta de pensar la poesía como posibilidad colectiva tiene muchas aristas, es una militancia política en pos de entramar la sensibilidad y la subjetividad en una cartografía común, que nos permita entendernos como parte de un entramado que nos atraviesa a todos y todas, que vulnera y oprime nuestra subjetividad, esa posibilidad nos saca del aislamiento y de la imposibilidad de entendernos histórica y colectivamente, nos devuelve un acceso a la potencia.

No abordamos la poesía desde el campo clásico, ni desde una perspectiva técnica, entendemos que, como dijo Audre Lorde en uno de sus textos más hermosos, la poesía no es un lujo, es la posibilidad de ahondar en un espacio profundo y cargado de sombras y dolor para intentar, en ronda y desde el cuidado, nombrar, expresar, transmutar.

 

¿Cuál es la apuesta de Poesía Guerrera? ¿Qué estrategias y expectativas de transformación se ponen en juego en este proyecto?

La palabra es el vehículo principal mediante el cual enlazamos mundo interno y mundo externo; es la que nos permite construir realidades e interpretarlas. La palabra da forma y contenido, esta se ve colonizada por los centros de poder, opinión pública, los medios, la academia, que monopolizan el relato sobre la realidad, definiendo los parámetros de lo posible y lo deseable. Los discursos dominantes de la actualidad restringen la libertad y encorsetan nuestra forma de vivir, de relacionarnos y de construir alteridades.  Poesía Guerrera nace con el propósito de crear nuevas narrativas para la vida y habilitar nuevas formas  para miramos, mirar, sentir, hacer. Para construir un nuevo mundo donde entremos todos y todas debemos complejizar los parámetros que hoy sostienen la desigualdad y la exclusión, a la vez impulsar un activismo expresivo, descolonizante, vital y amoroso.

 

¿Cómo nació la idea de generar un proyecto editorial? ¿De qué se trata Ediciones Rescate?

Hace más de 4 años que comenzamos con el taller de poesía en Isla Silvia, con la palabra como hilo conductor, trabajamos el compromiso, la reciprocidad y la fuerza de lo colectivo. Al pensar el proceso de manera participativa fuimos consolidando nuevas patas que surgían como demandas en el camino o como acciones que se convirtieron en “rituales” dentro de cada encuentro. Fuimos incorporando así nuevas líneas al proyecto: el dibujo y el grabado de la mano de las compañeras de Fábrica de Estampas, con esa articulación entre poesía y grabado comenzamos a realizar cuadernos y fanzines. Un año nos acompañaron las compañeras de cooperativa de diseño para pensar y crear de forma colectiva el diseño, nombre, logo y propuesta de ediciones rescate.

 ¿Cómo conciben el vínculo entre la gráfica y la poesía en sus publicaciones? ¿Cómo atraviesan el pasaje de un lenguaje a otro?

 El vínculo entre la poesía y la gráfica fue y es super potente en varias escalas, por un lado, permite de alguna manera materializar el proceso, verlo condensando en un objeto. En el taller comenzábamos trabajando desde diferentes abordajes ciertas temáticas que culminaban con la realización de la poesía colectiva, después teníamos un encuentro que llevaba adelante Fábrica donde a través de imágenes o consignas disparadores se buscaba traducir a un lenguaje visual, a una imagen plasmable, el contenido o sentido de la poesía realizada.

El trabajo del grabado en sí generaba un momento de aquietar el tiempo , la concentración se volcaba en el trabajo de las manos y eso generaba una sensación colectiva de foco y silencio muy necesaria. A su vez permitía que haya una arista más donde cada pibe en el taller pueda encontrarse, a través de la expresión, entonces se abría el abanico de posibilidades: para quien se sentía más afín a la palabra, para quien tenía talento para el dibujo, o tenía gran paciencia para el grabado,etc.

 

En relación a la territorialidad de los proyectos, ¿Cómo ha sido la experiencia de itinerar con la poesía y la gráfica?

 El vínculo con el mundo fuera de la isla (Silvia), la difusión de lo realizado dentro del taller siempre fue un objetivo clave, para poder visualizar, hacia adentro del grupo, y visibilizar, hacia afuera, toda la potencia de lo creado, como se puede  imprimir  el dolor,  la injusticia  y  transmutarlo en belleza y potencia. A su vez, había una apuesta por “disputar” espacios culturales, de abrir caminos y que puedan escucharse estas otras voces, que puedan mirarse estas otras imágenes, que irrumpen y disrumpen en espacios acostumbrados a otra cosa, donde lo que circula nada tiene que ver a lo que tiene para contar un pibe de Fiorito, que de repente en un encuentro de poesía en el Conti agarra el micrófono y , en esta cuestión de atravesar las fronteras de lo imaginable, lee un poema que atraviesa el sentir de todos los presentes de manera profunda, porque lo que permite también esta forma de devenir poesía e imagen es transformar lo terrible, sublimarlo, y mostrar otra cosa, que no apela a la mirada condescendiente, sino todo lo contrario. El maridaje con la gráfica y el camino recorrido de las chicas de fábrica nos permitió a su vez participar en montones de espacios y ferias gráficas que fueron una experiencia super enriquecedora, por lo mencionado, y a su vez, por la posibilidad de pensar la autogestión, la construcciones de redes con otros colectivos y , nuevamente, la difusión del trabajo realizado colectivamente.